En la última década, el grupo barcelonés Love of Lesbian ha logrado algo que solo unas pocas bandas de rock en español pueden presumir: consolidarse como referentes del indie pop en Latinoamérica, donde han cosechado éxito y llenado esta semana el palacio de los deportes de la ciudad de Mexico.
Con canciones que se han vuelto himnos de toda una generación, como «Allí donde solíamos gritar» o «1999», Love of Lesbian ha traspasado fronteras y consolidado su sonido en el imaginario colectivo de miles de fans. No obstante, este ascenso meteórico parece haber pasado algo desapercibido en la prensa española, que ha sido históricamente reticente a celebrar el éxito de sus propios artistas hasta que el reconocimiento internacional se vuelve imposible de ignorar.
Love of Lesbian ha labrado su éxito de una forma genuina y constante, con un estilo que mezcla el pop con una lírica profunda y poética que resuena tanto entre el público joven como entre oyentes más maduros. Desde sus inicios en 1997, pasando por su transición al español en el álbum Maniobras de escapismo (2005), hasta su consolidación con 1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa), la banda ha logrado mantener una evolución continua.
La capacidad del grupo para llenar en Mexico pone en perspectiva el potencial de los artistas españoles fuera de su país de origen. Este fenómeno recuerda a la llamada «paradoja del profeta en su tierra»: el talento y el éxito de los artistas parece necesitar de la validación externa para ser reconocido a nivel nacional. Si bien Love of Lesbian tiene un seguimiento fiel en España y su impacto en el ámbito indie nacional es innegable, la cobertura mediática de sus logros y giras internacionales a menudo pasa desapercibida para el público general.
Es una historia muy repetida ya que no solo LOL al subido al cielo del éxito en latino América, artistas como Bunbury, C. Tangana o en el pasado mas reciente Jarabe de Palo, La oreja o hombres g, cuentan con miles de fans y parece que la perspectiva de la lejanía, no siempre es noticiable en esta tierra llamada España.
Escrito por Willy G. Blesa